Saturday, July 7, 2012

Roulé de salmón



Reinventarse. Es una acción que me identifica bastante. Varias veces en mi vida tuve que reinvertame, parcial o completamente y, adaptarme a una nueva realidad, buscada o impuesta.
Tener capacidad de adaptación es una cualidad muy importante... sino, cualquier cosa fuera de la rutina o de lo planeado genera un desequilibrio. 

Hubo varias oportunidades que ese proceso de reinvención fue buscado y generado por mí, con intención de aprender cosas nuevas, enfrentar un nuevo desafío o  probar algo desconocido. Esas veces me empujé a salir de mi "confort zone" (zona de comodidad) y ver la vida desde otro ángulo.
Está bueno, esto me ayudó a juntar experiencias distintas, distintos trabajos, distintos sectores, conocer gente diferente y de cada una de estas experiencias aprendí algo. Creo que pude capitalizar cada uno de esos esfuerzos de adaptación y además, casi siempre conocí a alguien que me marcó y sumé una buena amistad.

Otras veces reinventarse no fue una elección (¡o no enteramente!).
Mi migración fue un cambio brutal. No únicamente por mudarme a un país al que no hablaba el idioma, a 10,000 km de mi gente, donde no conocía nadie salvo a M con quien también estrenaba convivencia. Pero además con este cambio, venían muchos otros atados. Yo pasé de vivir 28 años en Buenos Aires, Capital Federal, a un pueblito minúsculo de 800 habitantes en la campiña profunda del Finistère francés. Esto fue lo más difícil y lo más rico de la experiencia a la vez. Conocí la vida en el campo, que en Francia significa también tener una supermercado enorme a 15 minutos de tu casa con todos los mismos productos que en París- Es el campo con acceso a la civilización, una buena combinación. Otro ritmo de vida, otras costumbres, otra calidad de vida, me lo llevo conmigo para siempre. 

Pero cambiar y adaptarse lleva mucho esfuerzo... hasta en el supermercado, los productos no son los mismos, uno va adquiriendo hábitos y de repente buscás cosas que no están de la misma manera o ni siquiera se consumen. Simplemente, no es parte de la cultura. Un ejemplo muy claro es la típca góndola "verde" del super argentino... todos los productos light. Acá esa góndola no existe. En su lugar aparece la góndola "Bio" (por biológico, orgánico) que poco tiene que ver con lo light. 

Light vs Bio: Lo light tiene que ver más con las calorías y lo bio con la calidad del alimento. Que se haya cultivado sin pesticidades o que contenga la menor cantidad de químicos y conservantes posibles, el producto finalmente es más rico y por supuesto, más sano. 
Si bien los parisinos están muy pendientes de verse bien, el chip pasa por "comer bien" no light. Es más, acá tomé conciencia de que los productos light tienen tantos químicos para poder reemplazar los ingredientes que le sacan para que sean menos calóricos que finalmente son malísimos a nivel nutricional. La moraleja sería, comer buenos productos pero en menos cantidad... ¡lo más difícil de todo!

Esta semana se me atrasó el post... develando la foto que publiqué en FB la semana pasada e invitando a adivinar qué era...

Acá la receta:

Roulé de tomate y salmón

Esta especie de arrollado o pionono se puede servir de picada o como plato de verano acompañado de una ensalada. Es muy liviano, tiene mucho gusto y recuerda un poco a comer un bagel de salmón y queso de cabra. 
En 4 palabras: DE-LI-CIO-SO ;-)

La masa del arrollado es una típica genoise (masa de pionono salada) perfumada con tomate y albahaca... ¡lo cambia todo!



Ingredientes (8 personas)
3 huevos
15 g de harina
25 g de maizena
1 cucharadita de café de polvo de hornear 

70 g de concentrado de tomate
120 ml de agua caliente

60 g de manteca derretida
2 cucharadas soperas de albahaca picada
100 g de salmón ahumado

150 g de queso fresco de cabra o se puede usar Philadelphia
60g de queso blanco


Preparación
Precalentar el horno a 180°c.
Batir las yemas con el agua caliente hasta que la mezcla se vuelva blanca y trpilique su volumen (5 minutos). Agregar la harina, la maizena, el polvo de hornear, la manteca derretida, la albahaca y el concetrado de tomate.
Batir las claras de huevo a punto nieve con una pizca de sal e incorporarlo a la preparación en forma envolvente.

Poner la mezcla en una placa para horno sobre papel manteca para que sea fácil de despegar. Poner al horno 8-10 min.
Dejar enfriar.
Mientras, mezclar los dos quesos.
Una vez fría la masa, untar toda la superficie con la mezcla de los quesos y poner por encima el salmón ahumado. 



Empezar a enrollar bien apretado, despegando el papel manteca a medida que enrollamos con mucho cuidado para que no se rompa la genoise. 
Envolver con film de cocina y dejar en la heladera varias horas.
Cortar en rodajas para la presentación y decorar con unas hojitas de albahaca.






Bonne dégustation!



4 comments:

  1. Qué bueno lo de reinventarse... ilustrado con ese círculo de espirales que es casi una metáfora de las vueltas de la vida.
    La receta más que interesante, especialmente por esa masa tan aromática... y encima con un relleno rico! Siempre me declaré enemiga de los piononos salados pero este se ve realmente tentador! Un dia de estos me animo y lo hago. Saludos.

    ReplyDelete
    Replies
    1. ¡Hola Lucía! Gracias por tu comentario... y sí, las vueltas de la vida nunca las podemos llegar a imaginar, y antes cada situación hay que tener la energía de adaptarse e reinventarse.
      Esta receta está buenísima, el nombre lo dejé en francés (roulé) justamente porque yo tampoco soy muy fan de los piononos salados y esa imagen no pegaba con lo rico que es este roulé. Lo único parecido del pionono es lo "aireada" de la masa... (se ven los agujeritos en la foto) porque después el gusto nada que ver. Si lo hacés contame, me intriga saber qué te pareció.
      Un abrazo,
      JL.

      Delete
  2. Reinventarse.
    Creo que, por suerte (o por lo menos viéndolo a la distancia), es algo de lo que no nos vamos a escapar en la vida.
    Quizás el vivir o haber vivido en un país absolutamente caótico e impredecible nos ha hecho capaces de ponerle el pecho al giro eterno de 180º.
    Hoy por hoy, voy a (re)reinventarme en la cocina.
    Aprendí a cocinar cuando vivía en Tilcara. Lo hacía bastante bien, más que nada desde la intuición.
    Pero hace años que lo dejé.
    En la etapa más complicada, miro que el horno se ha convertido en placard. Y mi dieta básica es de queso y sopa instantánea.
    Cuando vivís solo, el cocinar parece una tarea absurda. El tiempo que lleva, las cantidades, que se puede freezar y que no, qué hacer para poder cocinar algo rico con los escasos víveres.
    Pero de pronto todo se olvida y pasás a ofrecerles a tus amigos empanadas de delivery.
    Creo que empezaré con el roulé, básicamente porque es frío (aunque me está tentando comprar el pionono bimbo). Y veré si puedo, con el tiempo, volver a usar mi especias.

    ReplyDelete
    Replies
    1. ¡Hola Indiana!
      No abandones la cocina... es cierto que cuando uno va perdiendo los buenos hábitos, es difícil retomar. Y viviendo solo todo da más "fiaca".
      Yo estoy recién vuelta de las vacaciones y debo un post con olor a verano.
      No caigas en el pionono bimbo que no funciona para esta receta: el pionono no tiene que ser dulce y además no tendrá el gusto a albahaca :(
      Volvé de a poco, con las recetas que más te gusten a vos, una forma de mimarte ;)

      Delete