Sunday, July 29, 2012

Crumble: un postre que no falla



¿Dos semanas sin post? Sí, dos semanas sin post. 
La historia de siempre, uno se queja de lo que no tiene. 
Desde que me mudé a Francia, mi actividad profesional estuvo muy reducida. Como consecuencia, tenía mucho tiempo libre (cosa que no tenía desde los 21 años, cuando empecé a trabajar). 
Aproveché para hacer deportes, leer, practicar idiomas, hacer turismo y por supuesto, cocinar mucho y escribir un blog ;-)

Pero al cabo de cierto tiempo, mi personalidad "productiva" necesitaba volver a trabajar, producir. 
Costó, hubo etapas intermedias, pero volver a estar activa como yo lo conocía no fue fácil. 
Insertarse en un mercado nuevo de trabajo desde cero fue mucho más difícil de lo que jamás imaginé (cuando es la misma empresa en tu país que te manda a la casa matriz o filial extranjera, es otra cosa)

Hasta que se dio. Después de muchísimo esfuerzo, y bastante espera, se dio. Y eso fue unos meses atrás y se enfatizó este último mes. Vino desde donde menos uno lo espera y se presentó de una manera que tampoco parecía la evidente pero que al final, es mucho mejor. 

Estoy feliz por esta nueva realidad pero claro, en el medio hubo un bache de dos semanas sin publicar por falta de tiempo :-(

Pero supongo que todo se irá adaptando poco a poco y me organizaré mejor. No hay que olvidar que además del trabajo hace unos 10 días tengo la alegría de que mi mamá está en París de visita :-))))))

Acabo de terminar de hacer un postre para una cena que estamos invitados esta noche y me di cuenta que no había sido parte del blog todavía. 

Crumbles. El más conocido es el crumble de manzanas, pero acá fui probando y experimentando hacer crumble con muchas otras frutas... y queda buenísimo.
Para hoy hice un crumble de frutillas y rubarbo (Vive la Rhubarbe!), la combinación es increíble. 
Sé que no se consigue Rubharbe en Argentina pero justamente quería mostrar que se puede combinar las frutas que quieran: crumble de frutillas, de ciruelas, de pera y chocolate, de manzanas, de duraznos... just choose your favourite. 

Un truquito... a la mezcla tradicional de harina, azúcar y manteca, se le puede hacer la mitad de cantidad de harina y reemplazar por harina de almendra (almendar en polvo) o polvo  de alguna galletita que les guste (yo acá las hice con un poco de unas galletitas belgas de canela, Spéculoos). Pero me imagino que pueden quedar bien con las frutigran por ejemplo, las de salvado o las de frutos rojos. Otra opción es mezclarle un poco de avena para cambiar la textura. 
En cualquier caso, los 200g de harina se deja 100g de harina y 100g más en total de las cosas que quieran poner en cambio (harina de almendra, galletitas rotas, avena - puede ser una mezcla de estas).
Para el crumble de peras y chocolate, se ralla chocolate y se espolvorea al final por ciertas partes de la masa de crumble.


Crumble de lo que quieran
Ingredientes
Fruta: cantidad suficiente para hacer un buen colchón en la fuente que vaya al horno (piensen si les gusta con más o menos fruta). Manzanas yo pongo 5 grandes por ejemplo.
100g de manteca
100g de azúcar
200g de harina (o 100g de harina y 100g de otro de los ingredientes)
1/2 cdita de canela (opcional depende si pega con la fruta de los ingredientes de la mezcla)






Preparación
Pelar (si es necesario) y cortar la fruta en pedazos chicos o rodajas finas para la manzana.
En una fuente que vaya al horno (tipo pyrex) hacer capas de fruta y espolvorear de azúcar en el medio cada vez (poquita) y seguir haciendo hasta 3 o 4 capas.
Mezclar todos los ingredientes secos, después mezclar con la mano todo con la manteca cortada en dados (recién sacada de la heladera), hasta tener una consistencia de arena, un poco más grande el granulado.
Cubrir la fruta.
Poner al horno al 180º durante 30 minutos.  

Servir tibio con una bocha de helado de crema americana o vainilla, o crema. 













Bonne dégustation!







 

Saturday, July 7, 2012

Roulé de salmón



Reinventarse. Es una acción que me identifica bastante. Varias veces en mi vida tuve que reinvertame, parcial o completamente y, adaptarme a una nueva realidad, buscada o impuesta.
Tener capacidad de adaptación es una cualidad muy importante... sino, cualquier cosa fuera de la rutina o de lo planeado genera un desequilibrio. 

Hubo varias oportunidades que ese proceso de reinvención fue buscado y generado por mí, con intención de aprender cosas nuevas, enfrentar un nuevo desafío o  probar algo desconocido. Esas veces me empujé a salir de mi "confort zone" (zona de comodidad) y ver la vida desde otro ángulo.
Está bueno, esto me ayudó a juntar experiencias distintas, distintos trabajos, distintos sectores, conocer gente diferente y de cada una de estas experiencias aprendí algo. Creo que pude capitalizar cada uno de esos esfuerzos de adaptación y además, casi siempre conocí a alguien que me marcó y sumé una buena amistad.

Otras veces reinventarse no fue una elección (¡o no enteramente!).
Mi migración fue un cambio brutal. No únicamente por mudarme a un país al que no hablaba el idioma, a 10,000 km de mi gente, donde no conocía nadie salvo a M con quien también estrenaba convivencia. Pero además con este cambio, venían muchos otros atados. Yo pasé de vivir 28 años en Buenos Aires, Capital Federal, a un pueblito minúsculo de 800 habitantes en la campiña profunda del Finistère francés. Esto fue lo más difícil y lo más rico de la experiencia a la vez. Conocí la vida en el campo, que en Francia significa también tener una supermercado enorme a 15 minutos de tu casa con todos los mismos productos que en París- Es el campo con acceso a la civilización, una buena combinación. Otro ritmo de vida, otras costumbres, otra calidad de vida, me lo llevo conmigo para siempre. 

Pero cambiar y adaptarse lleva mucho esfuerzo... hasta en el supermercado, los productos no son los mismos, uno va adquiriendo hábitos y de repente buscás cosas que no están de la misma manera o ni siquiera se consumen. Simplemente, no es parte de la cultura. Un ejemplo muy claro es la típca góndola "verde" del super argentino... todos los productos light. Acá esa góndola no existe. En su lugar aparece la góndola "Bio" (por biológico, orgánico) que poco tiene que ver con lo light. 

Light vs Bio: Lo light tiene que ver más con las calorías y lo bio con la calidad del alimento. Que se haya cultivado sin pesticidades o que contenga la menor cantidad de químicos y conservantes posibles, el producto finalmente es más rico y por supuesto, más sano. 
Si bien los parisinos están muy pendientes de verse bien, el chip pasa por "comer bien" no light. Es más, acá tomé conciencia de que los productos light tienen tantos químicos para poder reemplazar los ingredientes que le sacan para que sean menos calóricos que finalmente son malísimos a nivel nutricional. La moraleja sería, comer buenos productos pero en menos cantidad... ¡lo más difícil de todo!

Esta semana se me atrasó el post... develando la foto que publiqué en FB la semana pasada e invitando a adivinar qué era...

Acá la receta:

Roulé de tomate y salmón

Esta especie de arrollado o pionono se puede servir de picada o como plato de verano acompañado de una ensalada. Es muy liviano, tiene mucho gusto y recuerda un poco a comer un bagel de salmón y queso de cabra. 
En 4 palabras: DE-LI-CIO-SO ;-)

La masa del arrollado es una típica genoise (masa de pionono salada) perfumada con tomate y albahaca... ¡lo cambia todo!



Ingredientes (8 personas)
3 huevos
15 g de harina
25 g de maizena
1 cucharadita de café de polvo de hornear 

70 g de concentrado de tomate
120 ml de agua caliente

60 g de manteca derretida
2 cucharadas soperas de albahaca picada
100 g de salmón ahumado

150 g de queso fresco de cabra o se puede usar Philadelphia
60g de queso blanco


Preparación
Precalentar el horno a 180°c.
Batir las yemas con el agua caliente hasta que la mezcla se vuelva blanca y trpilique su volumen (5 minutos). Agregar la harina, la maizena, el polvo de hornear, la manteca derretida, la albahaca y el concetrado de tomate.
Batir las claras de huevo a punto nieve con una pizca de sal e incorporarlo a la preparación en forma envolvente.

Poner la mezcla en una placa para horno sobre papel manteca para que sea fácil de despegar. Poner al horno 8-10 min.
Dejar enfriar.
Mientras, mezclar los dos quesos.
Una vez fría la masa, untar toda la superficie con la mezcla de los quesos y poner por encima el salmón ahumado. 



Empezar a enrollar bien apretado, despegando el papel manteca a medida que enrollamos con mucho cuidado para que no se rompa la genoise. 
Envolver con film de cocina y dejar en la heladera varias horas.
Cortar en rodajas para la presentación y decorar con unas hojitas de albahaca.






Bonne dégustation!